Divulgando una obra sobre globalización publicado en El Nuevo Diario Las ideas de este artículo se basan en el Capítulo primero del libro: «Los Hechos y las Ficciones de la Globalización» del economista argentino Aldo Ferrer, difundido por «Globalización y relaciones externas de América Latina y el Caribe», Edición No. 53, Enero/Junio 1998. Considero que presentar este resumen puede ser de mucha utilidad e ilustración de los lectores. Las citas entre comillas son de la obra citada. El mito de la globalización Desde entonces el comercio en el mundo ha crecido más rápidamente que la producción (aquél el 6 por ciento anualmente, y ésta el 4 por ciento). Como consecuencia, las exportaciones, que representaban el 10 por ciento del producto mundial, hoy representan el 20 por ciento del mismo. Al mismo tiempo, las corporaciones trasnacionales son hoy 39 mil y cuentan con 270 mil filiales distribuidas por todo el planeta. En las 100 corporaciones más grandes del mundo, las operaciones trasnacionales representan la mitad de todas sus actividades. (Datos de UNCTAD, World investment report, 1996, New York y Ginebra, 1996). En ese proceso los mercados financieros se han constituido en los líderes de la economía y han sido los protagonistas decididos del proceso de globalización. Éstos, a diferencia de los agentes que operan en el comercio internacional y conducen las corporaciones trasnacionales, cuentan con libertad absoluta para desplazar fondos y crear crisis cambiarias contra casi cualquier moneda nacional, con la excepción del dólar, el yen y el marco alemán. Sobre estos hechos se ha construido un mito o ficción acerca de la realidad. 1- «Los extraordinarios avances tecnológicos, particularmente los fundados en la microelectrónica y la navegación espacial, han puesto en marcha fuerzas que escapan del control de los actores sociales y de los estados». 2- En consecuencia, «son los mercados globales los que dispondrían, cada día, cuál es la suerte de cada país en el orden mundial. Las fronteras han sido borradas por la revolución tecnológica y los estados son impotentes para influir en las cuestiones cruciales». 3- «La globalización ha impuesto inexorablemente un dominio económico en el cual sobrevive el más apto para adecuarse a las exigencias del hábitat planetario». 4- Se ha provocado «una fractura en el desarrollo histórico de la humanidad y en el comportamiento del orden mundial gestado desde el Renacimiento» y en la condición de los estados nacionales. 5- En la actualidad «las decisiones principales no las adoptan las sociedades y sus estados sino los agentes trasnacionales». Por consiguiente, «lo único que actualmente puede hacerse es adoptar políticas amistosas para los mercados: ... la apertura de la economía, la desregularización de los mercados reales y financieros, el achicamiento del Estado a las expresiones mínimas compatibles con la preservación de la seguridad y el orden público, el equilibrio fiscal y la estabilidad de los precios». La verdad sobre la globalización 1- La globalización no se ha impuesto como resultado natural de los avances tecnológicos. Gran parte de lo que es hoy la globalización ha sido artificialmente provocado por «la desregularización de las transacciones financieras» (laisez fair financiero) y por «la liberalización del comercio de bienes y servicios». Y ello «no escapa completamente del control de los actores sociales y de los estados nacionales». 2- «La globalización es, por otra parte, un fenómeno mediático». La apreciación del avance y el poder de la globalización es en buena parte efecto de que «probablemente el 90 por ciento de la información económica que se defiende en el mercado y dentro de cada país se vincula a operaciones y negocios de carácter transnacional: préstamos internacionales, fusiones, alianzas estratégicas y transferencias del control de empresas, privatizaciones y participación en las mismas de inversionistas extranjeros, etc.» Asimismo «las opiniones dominantes provienen de economistas notorios de los principales centros académicos de los países desarrollados, funcionarios y voceros de los organismos financieros internacionales, las tesorerías y bancos centrales de las economías principales. En el ambiente interno predominan, al mismo tiempo, los criterios de quienes comparten la visión fundamentalista de la globalización». 3- «Sin embargo, la actividad que transcurre fuera de la atención de la globalización mediática comprende la mayor parte del proceso económico. Las pequeñas y medianas empresas que operan en todos los sectores productivos, los servicios básicos de educación y salud, la inversión pública de mediano porte, buena parte de la investigación y desarrollo realizada en universidades, laboratorios y empresas, la vivienda y la infraestructura construidas en las grandes ciudades y en los pequeños pueblos y otras actividades ignoradas por la globalización mediática constituyen el ámbito en el cual nace, crece, ama, trabaja, cría a sus hijos y termina sus días la mayor parte de las personas. Y es allí donde se genera también el grueso de la producción, el empleo, el intercambio, el ahorro y la acumulación de capital». 4- El énfasis de la visión globalizada «en la rebaja de los costos laborales a través de la reducción de los sistemas de seguridad social y de la consagración de relaciones industriales transitorias y precarias es una amenaza directa al crecimiento de la productividad. Éste se basa, esencialmente, en la capacitación de los recursos humanos y en relaciones sociales estables que eleven la calidad de vida y profundicen el compromiso de los cuadros de personal con el desarrollo de las firmas». Recomendaciones «La acumulación de capital, el cambio técnico, el aumento de la productividad y la distribución del ingreso dependen potencialmente, en primer lugar, de decisiones de los agentes privados y públicos nacionales. El desarrollo descansa, antes que nada, en factores endógenos tales como la modernización del Estado, la estabilidad institucional, los equilibrios macroeconómicos, los incentivos para la inversión privada y la capacitación de los recursos humanos. Nada de esto puede importarse ni delegarse en el liderazgo de los agentes trasnacionales.» |
1 comentario
seguros -
Tras la celebración de la cumbre de la FAO se aprecia que las divisiones y los intereses particulares de los países han prevalecido, hemos visto que han sido muchas las palabras que se han pronunciado durante la cumbre y ninguna solución ha sido realmente propuesta.
Y es que temas claves como la regulación de los precios sobre el mercado agrícola internacional, la bioenergía, la biotecnología y la especulación sobre el precio de los alimentos no han sido ni siquiera citadas en la declaración final o han sido tratadas de manera muy superficial.
Por otra parte hay que recordar que el hambre y la malnutrición son inaceptables en un mundo que la capacidad de producción es una realidad.
Tal vez lo más llamativo haya sido que el Papa Benedicto XVI hizo un llamamiento a la FAO y a las Naciones Unidas para la alimentación y la agricultura, basándose en la "globalización de la solidaridad", llamamiento que desgraciadamente parece no se está dispuestos a seguir.